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La inseguridad de ser diferente.

Investigando sobre la intersexualidad humana, lo que antes la ciencia definía  como hermafrodita, llego a otra especie, el caracol.

El caracol es un animal hermafrodita, es decir, tiene ambos aparatos reproductivos.  Encima tienen una concha delicada y frágil para protegerse cuando se sienten expuestos a cualquier peligro externo.

Las personas intersexuales no nacen con una  concha que les proteja y dónde poder  esconderse. Su exposición por tanto es plena y sufren por ello, casi desde la propia etiqueta científica que los define  como ‘anomalía’.

La autoexigencia al  etiquetar todo.